Bien es sabido que las diferentes candidaturas presidenciales mostraron una fuerte preocupación por la MIPyME proponiendo en sus respectivos programas diferentes iniciativas para el desarrollo y potenciamiento de dicho segmento de industria.
La MIPyME representa aproximadamente un 15% de la economía en términos de su participación (contribución) al PIB, pero en contrapartida representa más del 80% del empleo.
Los síntomas que se aprecian en el mercado para este segmento son preocupantes; fuerte concentración de grandes compradores (industria del retail), bajos niveles de tecnificación y uso de tecnologías de información en sus proceso y bajos niveles de acceso a fuentes de financiamiento entre otras barreras.
Frente a este escenario el mercado de las compras públicas, esto es, aproximadamente 2.500 millones de dólares anuales en adquisición de bienes y servicios, puede representar una herramienta muy poderosa en su promoción, siempre y cuando este sea utilizado adecuadamente. No se trata de proponer medidas populistas y que vayan en contra de las reglas básicas de un mercado comptetitivo, en algunos países desarrollados han impuesto cuotas de mercado para este este segmento sin mucho éxito, por lo que creo que las medidas no van por ese camino, pero si al menos en reducir las barreras que no les permiten a las MIPyMEs competir en igualdad de condiciones.
Analicemos algunas de estas barreras con más detalle:
Barreras de Acceso
Si bien el solo hecho de que el mercado de las compras públicas se abra ha significado un salto cuántico para la participación de este segmento en dicho mercado, ChileCompra informó que en el año 2005, la MIPyME tuvo una participación cercana al 30% de las adquisiciones cuyo proceso paso por www.chilecompra.cl, todavía persisten algunos elementos que deben mejorarse en pos de una mayor y mejor participación de este sector.
En muchos procesos de adquisición, el comprador introduce barreras que a este segmento de empresas les resulta bastante difícil traspasar, estas se pueden referir a requisitos de carácter administrativo/legal o bien financieros, entre estas barreras podemos mencionar
- Antecedentes legales difíciles de conseguir
- Altas garantías monetarias (boletas de garantías o seguros) para participar en procesos de adquisición
Una iniciativa que a ayudado a reducir algunas de las barreras es el Registro Nacional de Proveedores ChileProveedores, la cual se encuentra en su fase de implementación, pero requiere de tiempo para que entre en operación con mayor masa crítica.
Asociatividad
En muchas ocasiones el mercado de las compras públicas y en particular las prácticas de algunos organismos públicos no permiten la participación asociativas de empresas, solo lo establecen a través de engorrosos mecanismos de consorcio. En muchos proyectos la industria a través de una oferta asociativa entre varias empresas pueden ser equivalente en términos de calidad/precio que la que pueda presentar una gran empresa. De hecho es muy frecuente que en proyectos de servicios profesionales de alta especialización el trabajo finalmente lo desarrolle un contratista de la gran empresa, el cual de haber tenido la oportunidad de presentarse con una oferta al menos lo habría evaluado.
Calidad versus precio
En los procesos en los cuales se privilegia el precio por sobre otros atributos de los productos o servicios es muy difícil que las pequeñas empresas puedan competir frente a las grandes, las cuales debido a los volúmenes y economías de escala pueden llegar a niveles de precios bastante más bajos. La forma en que este mercado puede al menos reducir esta barrera es aumentando la ponderación de otros elementos.
Otra forma de mejorar el posicionamiento de las MIPyME's es solicitando servicios de valor agregado que permitan diferenciar los productos, ej: garantías, atención en terreno, capacitación u otros. En la medida que lo que se adquiere es un commodity sin mayor valor agregado asociado va a ser muy difícil que una pequeña empresa compita en igualdad de condiciones que una gran empresa.
Volumen/Cantidad Solicitado
Otro elemento que afecta es la cantidad solicitada; más aún si esta no puede ser adjudicada a varias empresas. La pequeña empresa maneja niveles muy bajos de stock de productos, debido a su costo y en general depende de un proceso de abastecimiento más largo que las grandes empresas, por lo que en procesos de adquisición en los que se solicitan grandes cantidades este tipo de empresa quedará marginado de ofertar.
El Estado a través de su sistema de compras públicas y su estructura jurídica debe velar por que las prácticas antes mencionadas sean eliminadas o al menos reducidas a su mínima expresión, si bien el primer paso fue abrir el mercado utilizando un marketplace como Chilecompra, el Ministerio de Hacienda a través de la Dirección de Compras y Contratación Pública debe impulsar medidas en tal sentido, que le permitan a la MIPyME poder participar en igualdad de condiciones que las grandes empresas.
La evolución que ha tenido el mercado de las compras públicas nacional es realmente espectacular y no tiene nada que envidiar a ninguna de las best practices a nivel mundial (Finlandia, Singapur, Dinamarca, Escocia y Reino Unido entre otros), de hecho nuestro mercado es el más grande en términos relativos (PIB) utilizando cualquiera de las variables que se usan para tales efectos: cantidad de órdenes de compra emitidas, cantidad de proveedores, cantidad de proceso de adquisiciones u otro. Llegó el momento que las autoridades encargadas de nuestro sistema nuestro tomen un rol más cercano al mercado y sus efectos, lo que podríamos llamar la segunda ola de compras públicas.
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